Sergio Peña, mi cuñado, un nombre que nunca olvidaré, su amor hacia nosotros como familia y ese gran amor incondicional entre Mariano y el. Fue como un padre para nosotros. Mi eterno agradecimiento para el por su solidaridad, su hospitalidad, el buen anfitrión que fue. Un hombre con mucha sensibilidad humana y misericordia, queria suplir las necesidades de su prójimo. Dios uso esos dones para su gloria y le regalo el don de la salvación. Reciban la paz y el consuelo del Señor, estén seguros que el descansa en los brazos de su Dios. Mát.25:21: Bien buen siervo y fiel; en lo poco has sido fiel; sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor. La Palabra de Dios dice Salm.116:15: Estimada es a los ojos de Jehova la muerte de sus santos.. Un abrazo grande y mi amor hacia ustedes como familia.